Escucho:

Ladytron. Si de una mezcla rockera con elementos electrónicos y una voz femenina se trata, éste es el grupo.

Está semana ha estado bastante interesante. Estoy empezando la investigación de compra y coacción del voto, el problema es que parece haber una conexión intrínseca con el clientelismo en la gran mayoría de los autores, de hecho en todos los que he leído hasta ahora. Lo interesante de la investigación será tratar de separar estos dos conceptos, ya que según mi teoría, la compra del voto implica una relación más efímera con la persona a la cual se le compra el voto, esto es, es una especie de contrato el cual se vence al momento de recibir el dinero y ejercer el voto, de ahí en adelante ya no hay más compromisos. En cambio, el clientelismo implica una relación más al estilo patrón-cliente, en donde la relación es más duradera.

Una segunda tesis es que la democracia de partidos ha dado un vuelco hacia la democracia pública, la cual implica que ahora los partidos se apoyan en un protagonista, en una figura carismática, ya no importa tanto un programa de partido definido, ni la ideología del partido. De esta forma, en clientelismo ya no tiene la fuerza de antes, ya que la negociación con el partido se da de forma individual, entre el candidato y el partido, y el extender compromisos a largo plazo implicaría que el candidato estaría totalmente comprometido con el partido, lo cual es muy difícl que suceda, ya que figuras políticas de esta envergadura en cualquier momento peden cambiar de partido. Por lo tanto, ahora se recurre a la compra del voto para no entrar en una lógica de compromiso a largo plazo.

Evidentemente todavía falta mucho en la investigación, de hecho, estas primeras hipótesis pueden estar equivocadas, o tal vez no, y poco a poco las iré afinado más.