Ya van a varias personas que se lo oigo decir, y es cierto. Ya sé que muchos odian a Obrador, a mí en lo personal no me cae nada bien, de hecho se me hace la viva reencarnación de la figura autoritaria latinoamericana de los años sesenta, tal como están de moda en estos tiempos, pero bueno también es un síntoma de la situación en la que estamos viviendo, aunque eso requiere un reflexión aparte.
Regresando a lo que mucha gente dice, que admiro y respeto: "el tomar las calles es la única forma en la que la plutocracia puede detenerse un poco", desafortundamente esto es así, hemos visto durante años la forma en la que poco a poco una pequeña élite ha hecho negocio tras negocio desde la política, ahora me doy cuenta que no se puede ser un buen político y empresario a la vez, no se puede servir a dos intereses que muchas veces son contrapuestos, lo cual no implica que el político tenga que odiar al empresario y viceversa, sino que hay ciertas negociaciones que implican sobreponer el interés general al interés de un determinado grupo, y cuando un político no representa esto, pues en ese momento hay problemas, tal como ha sucedido en este país durante años.
La política pragmática es lo que domina el escenario ¿estadistas? en estos momentos no se puede mencionar uno solo, dejaron de existir hace muchos años, tal vez haya estadistas, en el sentido del éxito individual, pero no que se busque un proyecto nacional, sin la parte negativa que algunas veces implica el nacionalismo, como sentimentalismo. Toda esta falta de vías institucionales de resolución de problemas conlleva a este tipo de expresiones extrainstitucionales, toma de calles, clausura de congreso, molestan demasiado a los medios de comunicación y a toda la élite en general, pero de una forma u otra los frenan un poco, evidentemente no deja de haber oportunismos dentro de las protestas, con la personalización de éstas en un sólo líder, pero es el precio que muchas veces se tiene que pagar cuando no hay otros canales.
El debate de PEMEX en el congreso espero que no sea una farsa, realmente la expropiación petrolera fue la piedra de toque en la modernización del país, y ya sea de forma premeditada o por una cuestión estructural, esta gran empresa se dejó deteriorar en los últimos 25 años. Ojalá que este movimiento conduzca a una modernización de la empresa, creando nuevas refinerías y que pasemos de ser un país exportador de petróleo a uno que se especialice en la petroquímica para potenciar los beneficios, se vale soñar.
Al fin de cuentas, una empresa de estas características ha permitido a la plutocracia no pagar impuestos o evadirlos como si estuvieran en un país africano en medio de una guerra civil.