Thursday, July 26, 2012
Saturday, November 12, 2011
Monday, October 17, 2011
Tuesday, September 27, 2011
Monday, September 26, 2011
7 millones de ni nis, violencia generalizada, sistema educativo por los suelos, bajos salarios de manera generalizada, 50 millones de pobres, élites corruptas, poca participación política, instituciones débiles, partidos políticos mediocres, duopolio televisivo, debate público de a cinco pesos, empresarios mediocres, sindicatos charros o blancos. Ante no hace mucha falta preguntar por qué el país está como está.
Saturday, July 16, 2011
- Mario Bellatín, dicen que frecuenta lugares de mala muerte y que de ahí saca sus ideas, ahora ando con Disecado.
- Guillermo Fadanelli, sus columnas de los lunes en El Universal les pueden dar una pista de lo que escribe, aunque es un poco disparejo para mi gusto, yo recomendaría Lodo.
- Norma Lazo, la conozco por ser la exeditora de Complot, sólo he leído El dolor es una triángulo equilátero y vale la pena.
- César Silva, buena narrativa de la frontera norte con Los Cuervos.
- Elmer Mendoza, creo que no necesita presentación, su narrativa se enfoca en el narco, yo comenzaría por el Amante de Janis Joplin, aunque la última que leí fue la de La prueba del ácido.
- Carlos Velázquez, lo cierto es que los libros de cuentos o pequeñas historias en general los evito, pero ante la buena crítica que recibió su texto me lo aventé y la verdad es de lo mejor que he leído en los últimos tiempos, La marrana negra de la literatura rosa puede convertirse en un clásico, aunque espero que no siga en la misma línea porque este tipo de narrativa se agota pronto. Ahora espero La Biblia Vaquera que el hijo del mal me dijo que me la iba a hacer llegar y se escondió.
- Xavier Velasco, con su Luna llena en las rocas no me acaba de convencer, pero me dijeron que le entrara a Diablo Guardián, aunque corría el riesgo de que tampoco me gustara, vamos a ver qué pasa.
- Daniel Sada, comienzo con Ritmo Delta, y si Rafael Lemus lo llama como el autor más incómodo de la literatura mexicana, algo bueno debe tener, y espero, porque sus libros son como diccionarios.
Tuesday, July 05, 2011
Friday, July 01, 2011
En México vivimos un tema complejo de violencia en varios niveles. En las escuelas el Bullying, en la casa dos tercera partes de las mujeres viven violencia física o psicológica, en la calle el narcotráfico es otro asunto de todos los días, los asaltos, los secuestros y el índice de homicidios en México es preocupante.
El problema de todo lo anterior es comenzar a normalizar la violencia, es decir, verlo como un asunto de la vida cotidiana que lo mismo se anuncia con el estado de tiempo, que con la sección de espectáculos del noticiero. Todos los días a todas horas estamos bombardeados por imágenes que contienen violencia: películas, series, noticieros, videojuegos, etc.
Acabo de oír a Ignacio Solares decir que la única forma que él tiene para combatir la violencia es por medio de la literatura y por eso él se dedica a escribir. Carlos Velásquez y César Silva, escritores mexicanos contemporáneos, critican la supuesta estética de la violencia en la literatura como recurso de marketing o de producción de programas de televisión, con sus honrosas excepciones como es Elmer Mendóza, que tiene ya varios años en esto y es un académico reconocido.
El punto es comenzar a pensar la forma en la que podemos combatir esta normalización de la violencia, obviamente la censura de los programas tal vez no sea la mejor solución. Sino, más bien, uno de los frentes a los que debe apostar el Estado y la sociedad es a un programa en materia de cultura mucho más ambicioso.
Inculcar a la sociedad en general el gusto por la lectura, el teatro, el cine de arte, la música, es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos; entiendo que los espacios culturales en general están muy limitados o simplemente la gente no asiste, y los medios más aún; no obstante herramientas como el Internet, las publicaciones independientes, apoyos por parte de fundaciones, las escuelas o por los encargados de la cultura pueden ser un buen punto para comenzar con la difusión y apoyo de programas culturales que puedan llegar cada vez a más población. Es momento de dejar de ver la cultura como un mero accesorio de las clases medias o altas y entenderlo como un instrumento que nos permitirá cambiar a nuestro país.
Así, la mejor forma de combatir la violencia termina siendo la imaginación y esa es la está faltando, tanto al gobierno, como a la sociedad en su conjunto, para proponer nuevas formas mediante las cuales podamos entender que un país libre de violencia en todos son niveles será un país con un mejor tejido social que es del que tanto hablan los políticos en sus discursos pero al final nadie parece tener claro qué es ni cómo recomponerlo.