EL TIEMPO DEL TIEMPO

Tantos y tantos días ¿oyendo? ¿escuchando? u ¿olvidando? a los Babasónicos.

Hace algunos días fui al deportivo, me dirigí a bañarme y me encontré a un señor al cual saludé y en el que platique un poco, al regresar seguía ahí, y me dijo que yo ya me había bañado y que él apenas estaba por dirigirse al baño. O sea que en lo que el se preparaba para ir a meterse al baño yo me había bañado y regresado.

Me he percatado de la rapidez con las que de pronto hago las cosas, como hay pequeños e importantes detalles que dejo de lado por la prisa, pero, aunque algunas veces es justificada, otras no. He dejado de darle tiempo al tiempo, el impulso por hacer las cosas más rápido es mi cotidianeidad. Así me he puesto ha pensar que a las cosas se les debe dar tiempo, deben ir formándose poco a poco con delicado cuidado, así debe ser la vida, una sutil aparición de sucesos unidos por narraciones que producen una historia única.

No obstante, la vida muchas veces no es delicada ni se construye con el cuidado ni la pasión con la que deberíamos apreciar el poder compartir vidas en común, ya las cosas que que realmente importan se van dejando de lado, la vertiginosidad del tiempo autoproducido, encasilla y asfixia.

En la misma tónica, viendo una conferencia dentro del ciclo Arte y poder, me cuestioné sobre mi alejamiento del arte (aunque no ha sido total), hace algunos años iba mucho a las exposiciones , a los festivales de performance, arte sonoro, etc. Podía pasar horas en los eventos, sólo apreciando conociendo y discutiendo las obras, ahora mis visitas a los museos son fugaces, me siento como un japonés en Europa que no sabe apreciar, uno más de la manda de turistas que pasea por el museo, pero que no se sumerge en la obra.

La obra de arte supone que al artista deja algo de sí en la obra, de la misma forma, una buena apreciación artística (lo que no quiere decir que debas se un experto en arte o mucho menos), debe dejar algo de sí en el espectador. La obra de arte debe volverse parte del sujeto, debe cautivar y debe producir espacios de reflexión.